Como en otras ciudades con instituciones universitarias con varios siglos de antigüedad, la Universidad de Valencia comienza en un edificio claustral dedicado a la enseñanza de la teología, el derecho, la medicina, las artes y las letras. Junto al edificio del Estudi General, el Patriarca Juan de Ribera construyó el Real Colegio Seminario de Corpus Christi, un Colegio Mayor, similar a un college angloamericano, donde los estudiantes recibían formación y encontraban alojamiento. El Colegio del Patriarca transformó el paisaje de la ciudad e influyó enormemente en su arquitectura, al ser el primer edificio valenciano construido íntegramente con el lenguaje y las renovaciones estilísticas de la arquitectura renacentista a la italiana.
Siglos más tarde, la universidad se expandió hacia las afueras: en el siglo XIX, con el Jardín Botánico que da nombre al barrio de su ubicación y la Facultad de Medicina del antiguo Hospital General; y, en las primeras décadas del XX, con la Facultad de Ciencias y la Facultad de Medicina del antiguo Paseo de Valencia al Mar (hoy Avenida de Blasco Ibáñez), ambos edificios monumentales que inauguraron el concepto de campus como estrategia de implantación urbana. Junto a ellos se alzaría luego el Colegio Mayor Luis Vives y la Escuela de Altos Estudios Mercantiles, ambos del arquitecto Javier Goerlich Lleó y ejemplos del racionalismo impulsado por la Segunda República. A partir de los años 50, el nuevo campus se completaría con la arquitectura radicalmente moderna de Fernando Moreno Barberá, en la Facultad de Derecho, la Escuela de Ingenieros Agrónomos, los Laboratorios de la Facultad de Ciencias y la Facultad de Filosofía y Letras.
A finales de los años 60, con la fundación del Centro Politécnico Superior, la arquitectura de la universidad inició una nueva fase hacia su implantación en la periferia de Valencia, en un momento de apertura y expansión de la enseñanza superior como una institución de masas. Un vasto conjunto se elevaría entonces en la huerta norte de la ciudad: una auténtica ciudad universitaria que aglutinaba los usos propiamente docentes y de investigación con las funciones urbanas (comercios, servicios, residencias, etc.) que lo dotaban de autonomía respecto de la ciudad consolidada.
La progresiva migración de la universidad hacia la periferia sería la antesala de su expansión territorial: nuevas sedes surgieron, ya en democracia, en la próxima Burjassot, o en las poblaciones más alejadas de Gandía, Ontinyent y Alcoi. El desarrollo de las infraestructuras de transporte impulsó la implantación territorial de la universidad; siguiendo el ejemplo de experiencias extranjeras, una red de sedes universitarias se distribuirían en el territorio para afianzar su vertebración y el equilibrio demográfico. En esta comunicación analizaremos la evolución de la universidad en Valencia como materialización de los distintos sistemas de organización del conocimiento a través de los siglos, desde un modelo teocéntrico hasta una red sistémica de comunicación territorial. Una infraestructura institucional inseparable del tejido social de la Capital del Turia que explica una parte importante de su desarrollo urbano, así como de sus atributos formales y funcionales en la actualidad.
“Epistemologías urbanas: la ciudad de Valencia desde el Estudi General a la universidad ubicua,” with Miguel Ángel Santana. Paper presented at the XXV Congreso Nacional de Historia del Arte, University of Murcia, Spain, September 30th, 2025.
